Hacer las fotografías de matrimonio civil de Vero y José fue una experiencia inolvidable y llena de significado. No solo se trató de unir sus vidas, sino que también fue una celebración que incluyó al pequeño gran amor de sus vidas: su hijo. Este pequeño no solo fue un testigo de su amor, sino una razón importante para que esta unión ocurriera. Su ternura llenó el ambiente mientras, emocionado, decía que también quería casarse con mamá. Estuvo presente en cada momento, besándole las manos y siendo una parte esencial de este día tan especial.
Una conexión auténtica y mágica
Vero y José tienen esa clase de conexión que inspira a cualquiera. Ver cómo se miran, completamente encantados el uno con el otro, fue simplemente maravilloso. La felicidad que comparten, junto con el amor que sienten por su hijo y la reciprocidad de ese cariño, llenaron de magia cada instante. Fue un recordatorio de lo que realmente importa en una boda: el amor, la familia y los momentos genuinos que se crean en compañía de quienes más queremos.
Detalles que hicieron del civil algo único
Cuando llegué al lugar del matrimonio civil, lo primero que me recibió fue una escena que refleja a la perfección la personalidad relajada y alegre de Vero y José. Vero estaba escribiendo con tizas en un cartel los nombres de los tres, una actividad sencilla pero llena de simbolismo. Esa imagen me quedó grabada: ambos irradiaban tranquilidad y felicidad, disfrutando del día exactamente como lo imaginaron.
Decidieron celebrar este momento en el patio de su casa, un entorno íntimo y familiar que permitió que todos se sintieran cómodos y felices. La piscina brillaba bajo el sol, las cervezas estaban frías, y la brisa del día caluroso envolvía a los invitados, quienes, como pidió Vero, llegaron en shorts y ropa fresca. “Hace un calor terrible, ¡así que vengan cómodos!”, decía entre risas. Esa naturalidad y simplicidad hicieron que cada detalle se sintiera auténtico y especial.
Una experiencia que quedará en mi memoria
No tengo palabras suficientes para expresar cuánto disfruté estar ahí con ustedes. Fue un privilegio ser testigo de su amor y capturar los momentos más significativos de este día único. Su familia y amigos son una extensión perfecta de la calidez que ustedes transmiten, y cada interacción me recordó por qué amo tanto lo que hago. Cada fotografía cuenta una historia, y la de ustedes es una de amor, complicidad y alegría compartida.
Ahora, con esta pequeña galería de adelanto de sus fotografías de matrimonio civil, espero que revivan esos instantes tan especiales. Estoy segura de que las disfrutarán tanto como yo disfruté capturarlas. ¡Y no puedo esperar a que llegue el día del matrimonio eclesiástico para seguir acompañándolos en su historia de amor!
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